Sinopsis
En un tiempo indefinido del futuro en el que la sociedad está ya al borde de la extinción por la falta de ilusiones, la familia Tuvache regenta una tienda dedicada a la venta de productos (sogas para ahorcarse, venenos de toda índole, armas, etc.) que cualquier suicida debe tener a mano para el momento en que decida abandonar este mundo. La familia se siente orgullosa de su trabajo y su reconocida eficacia profesional, hasta que en su seno nace una nueva criatura: un niño alegre al que entusiasma la risa.
La primera palabra que me viene a la cabeza es absurdo. El libro, como he dicho antes, es muy cortito, unas 156 páginas. Al principio me pareció divertido, es tan descabellado... humor negro. Terminé de leerlo porque en toda mi vida solamente he dejado un libro sin terminarlo (en su día os diré el título) y, además, se lee en una tarde. Haciendo una lectura un poco más profunda, puede que el autor quiera dejarnos ver que, a pesar de la desesperanza de algunos, un poco de optimismo puede cambiar el mundo. ¿Recomendable? Bueno, pues para gustos hay colores...
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