martes, 25 de agosto de 2015

"Elizabeth ha desaparecido" de Emma Healey

Hace tiempo había leído "No recuerdo si lo hice" de Alice LaPlante (pincha el el título si quieres ver la entrada) que hablaba del tema del Alzheimer y me había gustado mucho. Cuando vi "Elizabeth ha desaparecido" me acordé de la buena experiencia que había tenido con la anterior y, a pesar de ser un tema triste y duro, me apeteció repetir. Por desgracia todos conocemos o tenemos alguien cercano con esta enfermedad. Es una enfermedad muy dura, tanto para los que la padecen como para sus familias y no siempre reciben el apoyo y la comprensión necesaria para hacer frente a una situación tan difícil. Cada vez veo más libros que tratan este tema ("Lugares donde olvidaste tu alma" de Eugenio Prados) y es que, desgraciadamente, cada día se ven más casos.


Sinopsis

Maud está convencida de que su amiga Elizabeth ha desaparecido, pero nadie le cree. Tiene setenta y dos años y su contacto con la realidad no es el mismo de antes. Se pierde constantemente e insiste en llevar con ella una nota que le recuerda que busque a Elizabeth, más allá de que quienes la rodean le aseguran que su amiga está bien. Intentar encontrarla se convierte entonces en una obsesión, que la llevará a rememorar un hecho olvidado: la desaparición de su hermana en Londres durante la Segunda Guerra Mundial.

No sé por dónde empezar, intentaré no liarme mucho pero no prometo nada... Tenemos a Maud (aunque la sinopsis diga que tiene setenta y dos años, tiene algunos más) que está convencida de algo le ha pasado a su amiga Elizabeth. El problema es que Maud tiene problemas de memoria y depende de las notas que escribe en los momentos de lucidez y que no siempre son una ayuda pues no recuerda para qué las ha escrito ni cuando. La desaparición de Elizabeth le lleva a recordar la de su hermana Sukey muchos años atrás. Así que tenemos dos misterios y dos hilos temporales que la protagonista entremezcla: el presente con Elizabeth y el pasado con Sukey. La escritora nos mete en la cabeza de Maud para que podamos comprender sus sentimientos, dudas y veamos los acontecimientos desde su punto de vista. Una lectura que en algún momento me ha angustiado un poco pero la vida de los enfermos de Alzheimer y sus cuidadores es así: repetitiva. Maud es una señora que inspira mucha ternura y agobia ver cómo sufre al sentirse incomprendida, su realidad no es la misma que la de los demás y no consigue hacer entender sus miedos y preocupaciones. Así Maud se convierte en "investigadora" pues su empeño es averiguar qué ha pasado con Elizabeth y está convencida de que puede conseguirlo. También tenemos a Helen, la hija de Maud, que nos muestra la realidad de los familiares: Impotencia, ternura, preocupación, tristeza, impaciencia en algunos momentos... Un libro que me ha encantado. He sufrido con la protagonista, he llorado con ella, me han intrigado los dos "misterios" y me ha parecido un acierto de la autora meternos en la piel de Maud. 100% recomendable.

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